Para los humanos un padre es quien les da la vida, y también, quien les enseña como vivirla, no siempre un padre cumple ambas funciones. Hay padres que solo dan la vida, y otros, que solo enseñan a vivirla. Por ausencia, o por presencia, son los padres lo que marcan un camino, aquellos que dejan una huella imborrable. El padre, es un espejo en el que el niño se mira, el niño anhela ser idéntico al padre y copia cada gesto, se entra a la adultez rompiendo ese espejo. Recién cuando se rompe el espejo pueden verse tal son padre, e hijo.
El vínculo padre - hijo es el que deja la marca más indeleble en los humanos, para un hijo los padres dan todo. La vida, sustento, educación y hermanos. De todas las especies animales, el cachorro humano es que más tarda en crecer y valerse por sí mismo. Durante todo ese tiempo están sus padres, preparando al niña para el mañana, y en ese largo proceso los padres por presencia o ausencia, por acto u omisión, dejan marcas en sus hijos. Algunos padres se obstinan a creen que sus hijos son suyos, que le pertenecen, se resisten a la idea de que los hijos son de la vida, que sólo los cuidan hasta que estén listo para el día de mañana. Dando amor, contención y límites, los padres construyen el mañana, buena o mala unida o dividida, los padres también dan a sus hijos a una familia, el mejor hogar de la infancia. Algunos padres preparan a sus hijos para el mañana, otros son celosos de ese mañana, porque creen que se los arrebatará. El mañana invertirá roles, y el hijo ayudara a caminar al padre, mañana el hijo tratará al padre como padre trató al hijo ayer. Mañana cuando el cachorro humano se valga como si mismo, incluso cuando sea a su vez padre, seguirá siendo hijo. Una vez más, Ian, acertó en su estrategia, ir hacia atrás para poder entender hacia qué mañana están avanzando. El mañana está, está determinado por el pasado , pero se juega hoy.
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